por Madeleine Ortiz
Una amiga mía me contó recientemente que, al revisar una vieja caja de fotos, encontró una imagen suya de hace algunos años. A pesar de que pasó gran parte de ese tiempo desanimada por su talla y preocupada por perder peso, ahora anhela “volver a verse así”.
Aunque puede resultar frustrante, esta situación es mucho más común de lo que parece. La Dra. Judy Shiau, experta en el control de peso, explica que “lo natural es que el peso aumente con los años”. En otras palabras, incluso si una persona siente que no ha cambiado significativamente sus hábitos diarios, su cuerpo igualmente tiende a ganar uno o dos kilos adicionales cada año. Con el tiempo, esos pequeños aumentos pueden sumar diez o incluso veinte kilos a lo largo de una década.
Pero no todo son malas noticias. La Dra. Shiau señala que, dado que mantener el peso actual ya representa un gran esfuerzo, evitar aumentarlo puede considerarse un logro tan valioso como perderlo. “El éxito en lo que respecta al peso puede ser simplemente mantener [su] peso estable”, afirma.
En lugar de culparnos por no bajar de peso, quizás deberíamos celebrar el verdadero mérito que representa conservar nuestro peso. La salud no se mide únicamente por un número en la báscula, sino por una variedad de indicadores. Danielle Aldous, nutricionista clínica y educadora en diabetes —y colega de la Dra. Shiau— resalta que modificar nuestros hábitos alimenticios puede tener un impacto más profundo del que se percibe a simple vista. “Incluso si cambiar su forma de comer no altera el número en la báscula”, comenta, “puede notar mejoras en su nivel de azúcar en sangre, calidad del sueño, autoestima, relación con la comida, presión arterial, colesterol, la forma en que le queda la ropa, y mucho más”.
Así que dígale a esa amiga que disfruta hojear álbumes de fotos que no sea tan dura consigo misma si la báscula marca lo mismo que hace cinco años. Recuérdele que su constancia y compromiso con su salud son un verdadero triunfo.
La información médica en el sitio web de Mi Peso – ¿Qué Debo Saber? se proporciona solo como un recurso informativo. El contenido no tiene la intención de ser, ni debes depender de él como un sustituto de una evaluación médica profesional, diagnóstico, consejo y tratamiento.