por Paula Diaque Ballesteros, MS, RD, CDE
En la familia celebramos, reímos y también lloramos. La familia es el pegamento que mantiene nuestras vidas unidas. Estar con nuestros seres queridos aumenta la felicidad y reduce el estrés, por lo que no sorprende que queramos pasar la mayor parte del tiempo con ellos. Tampoco es raro que, al reunirnos con familia y amigos, haya mucha comida deliciosa… que no siempre es la más saludable.
Cuando estamos cuidando nuestro peso y queremos alimentarnos bien, puede parecer que tenemos que elegir entre compartir con nuestros seres queridos o cuidar nuestra salud. Pero, como nos explica la nutrióloga Paula Diaque Ballesteros, no tiene por qué ser así. Con algunas recomendaciones y práctica, es posible disfrutar de la compañía de quienes amamos sin dejar de cuidar nuestra salud.
Practica decir “No, gracias”
Decir “no” no siempre es fácil, pero no te preocupes, ¡a muchos nos pasa! El primer paso es simplemente decir las palabras: “no, gracias”. Al principio puede sentirse incómodo rechazar ciertos platillos, pero con práctica se vuelve más fácil. Sé amable pero firme al responder. Si lo deseas, puedes explicar por qué estás diciendo que no, por ejemplo: “No, gracias, ya estoy lleno” o “No, gracias, estoy cuidando mi salud en este momento”. Si aún te resulta difícil, practica con amigos cercanos o tu pareja hasta que se sienta más natural.
Cuida tus porciones
Si decir que no te cuesta trabajo, otra estrategia útil es controlar las porciones. Puedes pedir una porción pequeña o solo una “probadita”. Después de probarla, agradece pero aclara que no deseas más. También puedes decir, con cortesía, que prefieres no llevarte comida a casa, para evitar tentaciones después del evento.
Haz un plan
Si sabes que vas a casa de tus abuelos y te espera tu platillo favorito, ¡disfrútalo! Solo hazlo con un plan. Ese platillo especial puede formar parte de tu alimentación si procuras que el resto de tus comidas del día sean lo más nutritivas posible. Escoge con intención los platillos que realmente disfrutas y deja pasar aquellos que no te gustan tanto. Esto te ayudará a mantener el equilibrio y sentirte bien contigo mismo.
Cuidado con los bocadillos (snacks)
Las reuniones casi siempre empiezan con bocadillos (snacks), pero pueden ser engañosas porque es fácil comer más de lo que planeamos sin darnos cuenta. Una solución simple es servirte lo que vas a comer en un plato pequeño, sin llenarlo demasiado, y disfrutarlo con atención. Recuerda: ¡aún falta el plato principal! Muchas veces comemos de más porque no estamos poniendo atención.
Lleva algo para compartir
Llevar un platillo saludable que disfrutes puede ser una excelente forma de participar. Además, es una buena oportunidad para incluir verduras o ingredientes nutritivos. Así aseguras que haya al menos una opción saludable para ti… ¡y quizá inspires a otros a hacer lo mismo! Entre más personas se sumen, más fácil será recibir apoyo en futuras reuniones.
Disfruta el momento
Cuando estés con tus seres queridos, enfócate en disfrutar su compañía. La comida es importante, pero lo más valioso es compartir momentos con quienes amamos. Entre mejor esté tu salud, más tiempo y calidad de vida tendrás para convivir. Y si en alguna ocasión comes de más, no te angusties. Solo reflexiona: ¿qué ocurrió?, ¿por qué pasó?, ¿qué puedes hacer diferente la próxima vez? Cada experiencia es una oportunidad para aprender.
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